¿Existen los huevos libres de sufrimiento y explotación?

Las gallinas son animales sensibles, sociables y con vínculos familiares muy fuertes, de hecho es sabido que son grandes protectoras de los pollitos. Sin embargo, las hemos sometido a un largo y violento proceso de domesticación y cría selectiva para maximizar la producción de huevos. Naturalmente las gallinas pondrían alrededor de 20 huevos al año, pero debido a la selección humana, ahora ponen uno diario. ¿Imaginas el desgaste, el sufrimiento físico y psicológico de poner más de 300 huevos anualmente? 

Poner tantos huevos, inevitablemente les provoca dolor, desnutrición, fracturas, prolapsos de cloaca, infecciones, problemas hepáticos, respiratorios, renales, cáncer y una muerte prematura. Las gallinas salvajes tendrían una esperanza de vida de hasta 15 años, sin embargo las gallinas explotadas mueren siendo aún muy jóvenes y también enfermas. Si logran llegar a los 2 años de edad, entonces serán enviadas al matadero para evitar pérdidas en las ganancias, ya que no son capaces de producir la misma cantidad de huevos y dejan de ser útiles para la industria. 

Los pollitos macho también son víctimas de este sistema, pues debido a que no producen huevos, se les mata inmediatamente después de nacer. Las formas para hacerlo incluyen ser triturados vivos, asfixiarlos hasta la muerte o tirarlos directamente en contenedores de basura. Son seres sensibles tratados literalmente como si fueran basura desde su primer día de vida. 

Regresemos a las gallinas, las pocas afortunadas que logran escapar de las granjas o mataderos siguen sufriendo las afectaciones de la puesta de huevos. Los daños están en sus genes, dentro de sus cuerpos. Por ello muchas de las aves rescatadas en santuarios eventualmente enferman y  mueren por los prolapsos, infecciones, huevos atorados o el cáncer. 

México es el mayor consumidor de huevos a nivel mundial, con más de 26 kg o 345 huevos por persona al año. Esto se traduce en la explotación, sufrimiento y matanza de alrededor de 209 millones de gallinas. Para empeorar la situación, más del 90% de estos animales vive en  jaulas de batería, el sistema más intensivo y violento. Toda producción de huevo se basa en la explotación y aprovechamiento de las aves y el destino para ellas es el mismo: la muerte. 

Las jaulas de batería son tan pequeñas que el espacio para cada gallina es del tamaño de una hoja de papel tamaño carta. En cada jaula, pasan su vida en promedio seis aves que son incapaces de siquiera estirar sus alas. El hacinamiento les provoca estrés y conflictos de jerarquía, por lo que desarrollan comportamientos como la automutilación o el canibalismo. Para prevenir pérdidas económicas, una práctica estándar es cortarles el pico con una cuchilla caliente y sin anestesia, provocándoles dolor de por vida y a veces directamente la muerte

Además, las gallinas enjauladas nunca toman el sol, si esto llega a ocurrir es al momento de ser transportadas al matadero. Nunca tocan la tierra, jamás tienen oportunidad de rascar, oler o realizar otros comportamientos naturales. Las rejillas de las jaulas les provocan dolor, heridas e infecciones en sus patas. También son comunes las alteraciones de los ciclos de luz, así como la privación de agua y comida durante varios días para acelerar la postura de huevo. Por todo ello es común encontrarlas agonizando hasta la muerte dentro de las jaulas y cuando mueren, son comidas por sus compañeras de jaula. 

Existen otros tipos de producción de huevos señalados por los número 0, 1 y 2 sin embargo, las diferencias son mínimas: viven hacinadas en naves y no en jaulas, se les permite salir a caminar o llevan una dieta de alimentos ecológicos. Pero el resto de prácticas como el corte pico, la matanza de pollitos macho, la matanza de las gallinas a los dos años y todos los daños inherentes a la producción de huevos son exactamente los mismos.

Por todo ello es que no existen los huevos libres de explotación y sufrimiento. De hecho en los santuarios se están haciendo esfuerzos para cuidar la salud y vida de las gallinas con implantes hormonales para parar la puesta.

Los implantes parecen ser la mayor esperanza para las gallinas en los santuarios. Pero para las gallinas explotadas la única esperanza es que abandonemos el consumo de huevo y elijamos alternativas vegetales. Si no cambiamos los niveles de producción y consumo millones de aves seguirán sufriendo la violencia de la puesta de huevos. Podemos hacer la diferencia. 


¡Dale una oportunidad! 

Hay increíbles alternativas para sustituir el huevo que son más respetuosas con los animales. Ya sea que quieras satisfacer tu paladar con un desayuno salado, incorporar alguna para poder crear deliciosos postres horneados o complementar un plato, ¡estas alternativas te encantarán!

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